Friday, October 31, 2014

Diálogo interno, o de sordos, es lo mismo.

Ya lo intenté escribir una vez, pero creo que necesito -sobre todo para mí mismo- ser más claro.

Estoy harto de los plañideros de Facebook.

Que se dan baños de pureza y de acción social desde sus computadoras.

Que reaccionan contra el gobierno como si estuviéramos en una dictadura de los años setenta, en donde todo -bueno y malo, pero sobre todo malo- fuera planeado y ejecutado por un estado totalitario y todopoderoso.

De entre ellos, que culpan únicamente al Estado desde sus cuentas virtuales, nadie parece creer que  la sociedad tenga que ver en el asunto. La sociedad es la víctima, dicen.

Es verdad que los gobernantes -así como los grandes millonarios- parecen salidos de otro sitio y no de la sociedad "normal". Puede ser que haya una gran ruptura y distancia entre sociedad y gobierno, y ese es para empezar, problema y culpa de la sociedad. Conozco muy pocas -pero sí conozco- personas capaces y honestas, comprometidas con su trabajo, que están en el gobierno. Pero en general, muy pocos nos tomamos la molestia de inferir en cómo nos gobernamos. Mal que bien, el gobierno, el Estado, es parte de la sociedad. El presidente municipal de Iguala salió de la sociedad. Y su nacimiento viciado tiene que ver con innumerables factores, que son los que hay que entender e intentar modificar.

Por otro lado, he estado suficientemente cerca de organizaciones sociales mexicanas -una oficina es una organización social, con sus jefes y secretarias; un salón de clases de 55 alumnos, como en los que estudié la primaria, entre la Sierra Madre y el mar; un pueblo al que llega un equipo de filmación a hacer un documental, el comité de organización de cualquier fiesta, la sociedad de alumnos de la secundaria, una escuela bilingüe (de un idioma indígena y español) en la sierra, etcétera, como para conocer rasgos de la sociedad y poder afirmar que la culpa no es del gobierno, que es de la sociedad. Es extremadamente difícil gobernar a los mexicanos. Los grupos sociales se cierran en sí mismos. Como si el progreso del individuo estuviera supeditado al progreso de todo el grupo, y como el progreso de todo el grupo es prácticamente imposible, el progreso individual sólo es posible por la vía de la violencia o la trampa.

A esos muchachos los mataron unos cuantos sicarios con órdenes confusas, por miedo a que se rebelaran y los sobrepasaran en fuerzas, pues lo hacían en número. Es decir, si cada uno de los estudiantes no hubiera temido por su propia muerte; si hubieran podido dar una señal clara entre ellos, un  movimiento para atacar en defensa todos al mismo tiempo, habría habido varios muertos pero no todos. A esos muchachos, ya lo dije alguna vez, simple y sencillamente los mataron a lo pendejo, como han estado matando a lo pendejo los que ahora tienen las armas, siendo o no gobierno. Unos tipos sin mayor pensamiento y meta que la de sobrevivir como les está siendo dictado por innumerables factores, y esos factores son los que creo que son el enemigo; no el Estado.

Entre ellos, la falta de autocrítica, análisis y sobre todo acción, y de oportunidad de acción, de parte de la sociedad. Pero sobre todo un gran sistema que se ha cerrado sobre sí mismo en círculos viciosos de deseo y ausencia de satisfactores. Por supuesto que hay que criticar al Estado y sus respuestas, pero también las nuestras y las de ellos: ese mexicano que siempre es "el otro".

En fin, que los plañideros en Facebook me parece que representan de lo peor de la sociedad. Que critican pero no hacen autocrítica. Que no ejercen acción y que no salen de su mundo de pantallas.

Yo tampoco, pero no arengo a la gente como si lo hiciera.

O sí. Pero por lo menos trato de pensar las cosas, con mi pensamiento, no a repetir consignas en contra de los que hacen el esfuerzo de gobernar a una tierra arisca como lo es la mexicana.

Basta ver el retrato que de nosotros tienen los de fuera, desde siempre. Parece ser que a la larga, han tenido siempre razón.

Y como dije en twitter hace un momento, "Me sumo a ella, pero noto que en la gran reacción hacia #Ayotzinapa, hay escondida Culpa, (Y agrego aquí, pues aquí sí cabe; Una Gran Culpa) por tantos años de indiferencia a otros muertos".

#Ayotzinapasomostodos #ElEstadosomostodos?

Wednesday, October 22, 2014

Perder la fe


Escribo esto indignado y enojado, no sé si particularmente constructivo.  Y voy a generalizar. Quedan advertidos.

Uno: Por los hechos que observo, por mi experiencia, creo que los mexicanos no somos especialmente ingeniosos u originales a la hora de crear empleos, de buscar la vida. Basta ver el número de estéticas en cada calle; de vendedores ambulantes, de gimnasios. O de cómo se reprodujeron los vendedores de tamales y recolectores de "estufas, refrigeradores, lavadoras", etcétera, con las mismas grabaciones promocionales, en estos últimos años. Hasta el enorme número de migrantes mexicanos: muchas de nuestras acciones están basadas simplemente en la imitación de otro, si es que a ese otro, más o menos, le va bien.

Dos: Pero no es sólo falta de ideas: Desde la Colonia (y no sé si antes) la movilidad social era prácticamente nula. La sociedad estaba diseñada para no cambiar. Durante siglos, cada quien nacía en su casta y en su casta moría. Un mestizo no podía aspirar a ser criollo, ni éste español, y cada uno gozaba, si no de privilegios, sí de solamente un nivel "sensato" de aspiraciones.

Este el principal problema de México: La movilidad social sólo es alcanzable mediante el crimen. 

Eso lo saben grandes multimillonarios. Los grandes políticos. Alguien puede ser rico: para ser muy, muy rico, ese alguien va a brincarse alguna ley.

Tres: La insaciable avidez de satisfacción inmediata, el inagotable bombardeo publicitario y narrativo de quienes están mejor y tienen todo lo que no tenemos; la inacabable cadena de satisfactores que caducan apenas logramos obtenerlos. La narrativa capitalista que basa la felicidad en el consumo y nuestra cercanía con su epicentro, en completa desigualdad de condiciones.

Cuatro: La ausencia de bienes culturales como meta o aspiración. La dilución de los viejos valores y anclas culturales que hacían "llevadera" la ausencia de movilidad social. La nulificación de la cultura y de la ciencia como metas factibles, económica y socialmente.


Creo que en estos cuatro factores (y en muchos más que sabrán los académicos, yo sólo quiero expresar mi opinión) están las raíces de lo que acontece en el país. No creo en el estado maquiavélicamente represor, en el crimen desalmado. Creo en políticos y criminales mediocres, corruptos, copiones, y acorralados. Cuyos únicos deseos, de criminales y de políticos, es tener un coche caro, "de película", un reloj de oro, una alberca, un rancho; sexo, mucho sexo, y también mucha comida, en eso somos animales. Pero estoy seguro que de los asesinos materiales de Ayotzinapa, más de uno lo único que quería era darle un iphone nuevo a su novia. Y encima de esto, el anhelo casi esotérico, que tampoco nunca se satisface del todo, de ser algún día, finalmente, el Patrón.

¿Qué hacer? ¿Vengo aqui a denostar a criminales y políticos, o a proponer algo?

No, no vengo a proponer nada. Pero veo al dueño de Oceanografía que no había pisado la cárcel a pesar de haber ya enfrentado juicios multimillonarios por prácticas fraudulentas. ¿Me dan ganas de pagar impuestos? Por supuesto que no. A nivel local, inmediato, veo que destrozan una vez más el piso y los alrededores de un parque cercano a mi casa, la tercera vez en sólo unos cuantos años. ¿Me dan ganas de pagar impuestos? Ni respondo.

No puedo dejar de pagar impuestos, pero ya no tengo temor, a la autoridad, si no lo hago.

Hoy habrá una gran marcha, cuyos ánimos e indignación después se diluirán en falta de propuestas concretas, no habrá acciones factibles de cambio.

Alguien me lo dijo hoy, y dio en el clavo: "Se dice que la gente en su indignación no se organiza. Claro que lo hace: ¿No  ven que se llama Crimen Organizado?"