Tuesday, November 17, 2009

Mi desconcierto

Hace no mucho me dijeron, en lo que yo creo era un arranque de ira: "Tú sólo vives en tu blog".

En ese momento no supe si tomarlo como ofensa, o, por ardido, como halago.

Ayer ví como una mujer le rompía un florero en la cabeza a su prometido al estar autocompadeciéndose sin parar, por no obtener el trabajo que quería desde niño.

Eso fue en una serie televisiva. Pero en la realidad las mujeres son así: de un modo o de otro siempre están tratando de hacernos entender "algo" a los hombres. Quizá simplemente intentan hacernos mejores a los que estamos con ellas. Pero sólo un cierto número de veces.

El desempleo es terrible y llena de dudas sobre uno mismo. Si el afectado está lleno de dudas desde el principio, se vuelve paralizante. No estoy ni quiero estar paralizado, pero acepto que no sé cómo vivir; ni dónde ni cómo, y me pregunto seriamente si algún día realmente lo sabré, o si no se me está yendo la vida solamente preguntándomelo, sin intentarlo de veras. ¿Cómo se vive de veras?


Mi frustración es tal con el cine que realmente siento que debería dejarlo.

Mi frustración es tal con la escritura que siento que he hecho bien en dejarla.

Mi frustración es tal con la música que siento que siempre he tenido razón que no soy el indicado.

Esa es mi gran sensación, que "no soy el indicado".


Aquí va: lo del jarrón me impresionó profundamente pues sé que yo tiendo a la autocompasión, autoflagelación, etcétera. El jarrón me pareció terrible pero necesario. Yo quisiera no autocompadecerme, quisiera no platicarle a los demás mis problemas, quisiera no tener que buscar la solución en los otros o esperarla de afuera, quisiera tener una gran "fuerza interior" que me guiara y me sacara del hoyo.

Pero no la tengo, o es una fuerza muy pasiva, que se activa sólo cuando hablo con otros, y me quejo; y ellos, los otros, me dan ideas o me convencen de lo que valgo.

Antes veía a mis amigos y les consultaba cada una de mis decisiones; aburrí a mis novias y a mi hermano con mis quejas y dudas, siento que los he aburrido a todos, procuro casi no pedir consejos, procuro no quejarme, será por eso que ya casi no hablo.

Mas no me está funcionando.

Me siento completamente desorientado, desconcertado, un poco como siempre, pero no quiero hablar y arriesgarme a parecer el idiota que necesita un jarrón estrellado en la cabeza.

Pero percibo que de todos modos lo parezco.

Por eso regresé hoy a mi blog. Para quejarme sin quejarme, hablar sin lloriquear, pedir consejo sin pedirlo. Para tomarme mi cerveza de hoy, y sentir que hago algo.

Para escribir, y vivir un poco, donde a veces parece que de verdad lo hago.

Aunque no sea cierto. Aunque cada vez lo haga peor. Aunque sólo ¡CLANK!.