Thursday, November 27, 2008

Necesidad

Estoy pedón. Tanto, que ni siquiera piendo checar la ortografía ni los misstypes -dedos erróneos- de este post.

Quiero hablar de la necesidad.

Un momento, que me sirvo algo...


Ok. La quinta o sexta, de tinto, esta noche. O la cuarta. ¿A quién le importa?


Me dí cuenta esta semana, o la pasada -cuánta duda, por dios!- que tengo, si no problemas, por lo menos sí una relación compleja con la necesidad.

Hasta pensé que era interesante: ¿cómo es posible que alguien a quien conoce uno desde hace poco o muy poco, se vuelva necesaria?

Me pone mal. No sé por qué, me da nervios. No me gusta necesitar. O quizás sí y es lo que más disfruto.

Yo tengo porblemas con mis juicios duros, mi psicoanalista lo sabe. Y me dice que hago mal, que es lo mismo que criticar a alguien porque tiene hambre.

Pero me descubro a mí mismo inventando mil excusas para no necesitar. Y al mismo timepo, mi necesidad es tal que lo permea todo. Soy un gurrumino.


Me gusta el ajo, el jitomate, el aceite de olvia. Y ninguno de ellos, tampoco el vino, pueden explicarme el por qué necesito a una mujer..

Hace un momento pensaba que este iba a ser un post interesantísimo., Que plantearía mis dudas vitales, y con ello, las del mundo. Ahora no sé qué decir.


Ya volví a ir a la cocina, por más comida, y he vuelto a pensar cosas geniales. Las he olvidado.

Del mismo modo me gusta -necesito?- sentirme, de vez en cuando, miserable. ¿por qué? No lo sé!!!! Será porque mi padre pretendía serlo, y yo tambbién???

Por qué necesito de este vinio? ¿por qué neceisto de este pan tomaca - que, tan hábilmente, me preparé- ???

Es muy fácil: se unta el ajo sobre el pan tostado y luego jitomate y aceite de oliva y janón serrano español o del super y un vino tinto o cinco o seis. y un post inconcluso sobre un tema importante.


Tengo que sembrar albahaca, Y es que me parece igual de importante, no puede uno ser aburrido, no puedo ser como cierta gente que conozco.

Por tercera vez fui a la cocina. Ya no he olvidado nnada porque no he pensado nada interesante. Ajo, jitomate, pan, jamón. Y aceite.

¿Quieres ser mi novia? Tend´ras que luchar, te adviero, o competir, conmigo mismo. como justo ahora.

Pero, está mal?


Las mujeres tienen un verbo que usan mucho -sobre todo cuando reclaman- que se llama "compartir".. Que es, por cierto, de lo que está hecho el facebook...

¿Con quién o cómo, compartir? Siempre y en todo momento? ¿Con quien esté? ¿Con quien toque? ¿con quien haya uno cuidadosamente escogido? ¿o con quien simplemente uno no pueda evitar?

Hay personas así, en la vida de unao. Las que llegan y con las cuales uno no puede evitar compartir. Esas se vuelven las necesarias.


En fin, qué poco brillante soy. ni aún bebiendo, solo, una botella entera de vino (mi primera realmente solo, y aún me falta un quinto, no hay quinto malo) logro llegar a nada a lo que naide haya llegado antes nunca. Quizás fracasé.

Quizás deba de aferrarme con todas mis fuerzas a aquella que ahora necesito,
y que con mucha, mucha suerte, es posible que me necesite ahora,
y con mucha, mucha más suerte,
es posible que me deje estar sin ella
estos momentos, muy frecuentes,
para necesitarla más.


Soy tan absolutamente normal.


¿Quieres, andar conmigo?

Sunday, November 9, 2008

Voglio una donna

Ayer alguien me dijo que había visto Ammarcord, de Fellini. Hacía años que no pensaba en esa película, y el oirla mencionada me llevó a la imagen más representativa que de ella tengo en mis recuerdos: la del tipo subido a un árbol gritando algo. “Qué gritaba” – me pregunté- “qué gritaba el tipo en el árbol”. Y entonces llegó con toda su fuerza. Tampoco había recordado, en mucho tiempo, que yo adopté ese grito durante años, que lo viví e hice mío, que yo también lo gritaba, caminando, en los pasillos, o desde las ventanas de las salas de edición en la escuela de cine, y que sin saberlo sigo gritándolo hoy, todos los días.

¡Voglio una donna!

Esto me puso receptivo de mis propios pensamientos (qué frases tengo que inventar, para describir mis estados autocontemplativos-narcisistas-crónicamente desilusionados), mientras observaba a las mujeres de la fiesta en la que estaba.

Pensé, como siempre, en las mujeres que he tenido y, como siempre, en las que nunca tendré. Existe un extraño equilibrio, que no he conseguido romper, entre tener una y desear a todas, entre desear a las que no se tienen y estar sin embargo con aquella que muestra algún interés en mí, independiente de si me gusta o no; si le gusto, que me tenga. Receta de la infelicidad. Receta de la inmadurez. Me habré atorado, quizá, en lo que me dijo la gitana –lo juro, me lo dijo una gitana cuando me leyó la mano, yo tenía 7 años, mi padre me llevó con ella, jugábamos. “Tendrás muchas mujeres”…

Voglio una donna. ¿Cómo traducirlo?

Entre “¡Quiero una mujer!” y “¡Quiero a una mujer!” hay una gran diferencia.

Ahora sé que quiero y necesito lo segundo. Que casi estoy preparado.

De todo lo demás, ya me cansé.