Wednesday, August 13, 2008

Y también

Y también debo aprender a decir no. No, hoy no creo que sea buena idea. No, yo no. No, no estoy de acuerdo contigo. Hoy no tengo ganas de verte. O no, no vayas. No te vayas. Tengo que perderle el miedo a la violencia. A la mínima violencia, que me aterra tanto como la más grande. Y tengo que, según me dicen, ser más pasional. No dejarlas ir. Hacerles panchos si se van sin mí, si se vislumbra la posibilidad de que se me alejen.

¿Será cierto, todo esto?

Y es que a mí nada me violenta. Odio la violencia. Tengo que decir que prefiero la tristeza.

Triste caso.

1 comment:

pasajeraentransito said...

La tristeza puede ser una forma pasiva de violencia, contra ti y hacia otras. No en si misma, sino cuando se usa para no dar respuesta al vínculo con la otra persona, como una forma de huir de la intervención que resulta de relacionarse y dejar a la otra sin sujeto a interpelar, a amar o a dejar de amar.